Cientos de ballenas jorobadas acuden cada año por estas fechas al litoral pacífico de Panamá para parir y amamantar a sus crías, una actividad que genera gran interés turístico y que la fundación MarViva pidió que se haga de manera responsable para no causar estrés a los cetáceos.  “Hemos recibido muchas denuncias de gente que acerca demasiado los botes para ver mejor las ballenas, pero hay que recordar que estas se encuentran con sus crías y que es necesario respetar su espacio en el mar”, dijo a Acan-Efe la gerente de comunicaciones de la asociación, Magdalena Velázquez.

MarViva, que opera en Colombia, Panamá y Costa Rica, promueve desde hace años el avistamiento responsable y difunde cada temporada una guía con buenas prácticas entre los “boteros” (lancheros) que se dedican a llevar a los turistas hasta los cetáceos, explicó la activista medioambiental. “Nosotros estamos muy enfocados en el Golfo de Montijo, hemos capacitados a muchos boteros allí, pero lo ideal es que sean más. En Pedasí, por ejemplo, no han sido capacitados, y en el Archipiélago de Las Perlas, tampoco. Recibimos muchas denuncias de esas zonas”, lamentó. En esa guía, apuntó, se recomiendan dejar entre 100 y 250 metros de distancia en función del tipo de cetáceo, reducir el avistamiento de 30 a 15 minutos si la ballena se encuentra con su cría, no echar el ancla, apagar el motor cuando la lancha esté parada y no alimentar ni nadar con los animales, entre otras consignas.

EFE