Cuba produce una medicina que transforma la agresividad en afecto, en levedad la rigidez y en ilusión la desesperanza de personas con discapacidad intelectual, enfermedades mentales crónicas y adolescentes problemáticos. Se llama psicoballet y en más de cuatro décadas ha cambiado la vida de miles de personas. El psicoballet es el espectáculo como terapia o ‘la psicología pasada por ballet’, en palabras de Georgina Fariñas, la psicóloga cubana que en 1973 inventó esta disciplina tras fracasar en su intento de enderezar con tratamientos convencionales a un grupo de niñas agresivas.

‘Entonces nos dimos cuenta de que el ballet las mejoraba en el aspecto psíquico, corregía su conducta’, recuerda la especialista del Hospital Psiquiátrico de La Habana. Con el apoyo de la leyenda cubana del ballet Alicia Alonso, los años siguientes Fariñas extendió su innovadora terapia a grupos mixtos de adolescentes problemáticos con excelentes resultados: ‘El que era tímido en tres semanas ya no lo era; el agresivo ya no pegaba sino que colaboraba con los otros muchachos’. Así, el psicoballet comenzó a aplicarse a enfermos mentales crónicos, autistas y personas con síndrome de Down, al conformar éstos un colectivo más vulnerable por la escasez de centros de tratamiento para adultos en la isla.

 

EFE