Notre Dame revive poco a poco. Tres de las estatuas de la flecha, salvadas del incendio que sufrió la catedral en 2019, se exponen a partir de este viernes en la Cité de l’Architecture et du Patrimoine, adonde irán llegando en los próximos meses las trece imágenes restauradas.

Con 3,40 metros de altura y 150 kilos cada una, las imponentes estatuas de San Judas, San Simón y San Bartolomé han sido las primeras en llegar a este museo parisino, situado en la plaza de Trocadero y que acoge en su colección permanente reproducciones a escala de las principales fachadas de catedrales del país.

Junto a ellas, y en una pequeña exposición dedicada a la aguja de Notre Dame, obra del arquitecto que dirigió la restauración del siglo XIX, Eugène Viollet-le-Duc, las imponentes estatuas estarán accesibles a cualquier visitante que desee, por primera vez, verlas de frente tras 150 años situadas a más de 90 metros de altura.

Le-Duc decidió levantar una aguja sobre el crucero del transepto, donde entre el año 1250 y 1792 se encontraba la antigua aguja que servía también de campanario.

LO QUE QUEDA DE LA AGUJA

La obra de Le-Duc, de estilo neogótico, fue construida con 500 toneladas de madera y 250 de plomo, y culminaba a 96 metros de altura. En torno a ella, las estatuas de los doce apóstoles y cuatro evangelistas formaban parte del paisaje de la capital.

Aunque el incendio del 15 de abril de 2019 acabó por completo con la aguja, un pequeño milagro tuvo lugar días antes: las estatuas habían sido retiradas cuatro días antes para su restauración.

A cientos de kilómetros de París, en los talleres de la Sociedad Especializada en la Restauración de Obras de Arte y Monumentos Antiguos (SOCRA) de Périgueux (Dordoña), las estatuas en cobre forjado son lo único que queda de la aguja.

Volverán a coronar la que la sustituya cuando concluya la reconstrucción, lo que está previsto en 2024.

“Reemplazamos solo las partes que están afectadas. Cuando la armadura del interior está en buen estado la conservamos y la reforzamos”, indicó a EFE un responsable de SOCRA, que detalló que cada restauración lleva unas tres semanas.

Fueron creadas a partir de modelos de escayola por el escultor y orfebre Adolphe-Victor Geoffroy-Dechaume (1816-1892). En su interior tan solo hay un esqueleto metálico para mantener la estructura de las ligeras capas de cobre que han aguantado en un estado casi perfecto pese a estar a la intemperie durante 150 años.

Aunque en una fecha sin determinar, pero probablemente en la restauración que tuvo lugar entre 1935 y 1937, las pintaron de verde para armonizar el color con las zonas que se habían oxidado.

“El verde es una oxidación natural del cobre que no era la idea original del arquitecto. Dentro de una voluntad de conservación y de restauración idéntica a la original, nos basamos en el deseo de Le-Duc de pintarlas de marrón oscuro, casi negro”, explica el restaurador.

Junto a ellas se expone además en el museo la cabeza de la escultura de Santo Tomás, para la que Geoffroy-Dechaume se inspiró del propio Le-Duc, en señal de homenaje al gran restaurador de Notre Dame.

Coronan la exhibición las estatuas del águila de San Juan Evangelista, la de San Mateo y la estatuilla del gallo de cobre que se situaba en el pico de la aguja y que cayó durante el incendio. Afortunadamente, días después fue hallada en buen estado entre escombros y cenizas.

VISITA A LAS OBRAS EN DIRECTO

Además, y con motivo de la celebración este fin de semana de las Jornadas del Patrimonio en Francia, el organismo público que gestiona las obras de Notre Dame transmitirá en directo en redes sociales a las 12.00 hora local (10.00 GMT) una visita de 45 minutos por las obras de la catedral.

Durante el sábado y el domingo, los visitantes podrán seguir en persona delante del templo una serie de talleres y demostraciones relacionadas con las obras, y dos reproducciones a tamaño real de partes de la cubierta de madera original de la Edad Media que se perdió completamente con el incendio.

Fuente:  EFE