Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas más amenazados en la actualidad, a pesar de que proporcionan alimentos a una buena parte de la población mundial, albergan más de la cuarta parte de todas las especies marinas, son un medio de defensa frente a los desastres naturales y una de las mayores farmacias con que cuenta la Humanidad. A lo largo de 2018, Año Internacional de los Arrecifes de Coral, la coalición integrada por ONU Medio Ambiente, Iniciativa Internacional de Arrecifes de Coral (ICRI), WWF, The Nature Conservancy, Wildlife Conservation Society, la compañía Vulcan Inc, The Ocean Agency y la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, comenzó a construir un nuevo enfoque en la promoción y la comunicación, con la finalidad de activar un movimiento global que impulse a los gobiernos y al sector privado para implicarse en la defensa de estos espacios naturales.
Porque el cuidado y recuperación de los arrecifes de coral no sólo supone la conservación de un ecosistema único y excepcionalmente rico en diversidad biológica, sino que puede generar importantes beneficios económicos en sectores como el turismo, la pesca comercial y el desarrollo costero. Un buen ejemplo de eso lo encontramos en la industria del buceo, puesto que las empresas que introducen prácticas respetuosas con el medio ambiente ven incrementado su número de clientes. No obstante, el riesgo de desaparición sigue siendo elevadísimo. Segundo el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), hecho público en octubre de 2018, incluso acometiendo acciones contundentes para estabilizar el calentamiento global en 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, es previsible que en los próximos decenios desaparezcan entre el 70 y 90% de los arrecifes de coral.
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