Platos, jarrones, floreros y azulejos dejan de ser artículos comunes cuando están hechos de cerámica de Talavera, una tradición alfarera de cinco siglos de España que llegó después a México, donde adquirió identidad propia.
La artesanía de ambos países fue declarada este miércoles Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en Bogotá, primera capital latinoamericana en acoger al comité especial que toma esta decisión.
Esta cerámica «es la representación material de nuestra identidad, misma que es compartida con los artesanos de Talavera de la Reina y de El Puente del Arzobispo», dijo la representante de México tras el anuncio.
La cerámica debe su nombre a la ciudad castellana de Talavera de la Reina, que cuenta con una larguísima tradición alfarera, surgida del período de dominación islámica de la Península Ibérica.
AFP