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Durante unas expediciones en 2015 y 2016 en los bosques del centro de Angola, dos investigadores sudafricanos recolectaron varios ejemplares de araña babuino –unas tarántulas de gran tamaño y peludas– para el Okavango Wilderness Project de National Geographic. Los expertos identificaron las madrigueras durante el día colocando objetos que eran atacados inmediatamente y capturaron a los animales durante la noche con un objetivo: descubrir la biodiversidad en la cuenca de Okavango en Angola, Namibia y Bostwana, hasta ahora muy poco explorada.

Uno de los individuos capturados resultó ser una hembra de una nueva especie a la que denominaron Ceratogyrus attonitifer, que pertenece a un grupo de tarántulas que poseen una protuberancia similar a un cuerno en la parte trasera de su cefalotórax. Según el estudio, publicado en la revista African Invertebrates, estos especímenes angoleños presentan un cuerno suave y característicamente más largo que otras especies de arañas babuino. “La nueva especie de Ceratogyrus descrita aquí es excepcional. Ninguna otra araña en el mundo posee una protuberancia similar”, comentan los autores del artículo procedentes de las universidades de Pretoria y Rhodes, ambas en Sudáfrica. Sin embargo, los biólogos desconocen aún la función de esta curiosa estructura en unas arañas cuyo veneno no es peligroso para los seres humanos.

ECOticias


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