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La última amenaza meteorológica se llama Nate y ya dejó más de 20 muertos y varios desaparecidos en Centroamérica.

Los países de la región declararon un estado de emergencia mientras la tormenta ocasionó fuertes lluvias, deslaves e inundaciones que bloquearon carreteras, destruyeron puentes y dañaron casas.

En Nicaragua el gobierno confirmó este jueves la muerte de 11 personas e informó que el país está en alerta amarilla por lluvias que dejó la tormenta tropical.

Otras 8 muertes tuvieron lugar en Costa Rica y el presidente Luis Guillermo Solís declaró este jueves la emergencia nacional para agilizar la atención a los afectados.

Y es que, aunque la tormenta tropical no impactó directamente a Costa Rica, dejó abundantes lluvias -el promedio de todo octubre en tan solo 24 horas-, corrimientos de tierras e inundaciones, y fue calificado por las autoridades como uno de los peores desastres naturales de la historia reciente del país .

Se estima que unas 400.000 personas no tienen servicio de agua corriente a causa de la tormenta.

En Honduras las autoridades dieron a conocer el fallecimiento de 3 personas y la desaparición de otras 3.

En El Salvador, un hombre murió en un deslave , según los servicios de emergencias.

Y en Panamá fue hallado el cuerpo de una mujer , quien aparentemente falleció en un naufragio cerca de la bahía frente a la capital.

De acuerdo al último informe del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), tras cruzar la región centroamericana la tormenta volverá a salir al mar Caribe en las próximas horas, donde podría fortalecerse y dirigirse hacia Yucatán, en México, donde podría impactar a última hora de este viernes.

Por el momento la décimo quinta tormenta tropical de la temporada de huracanes en la cuenca atlántica se mueve a 17 km/h hacia el nor-noroeste y se espera que mantenga esta trayectoria en los próximos dos días, acompañado de una mayor velocidad de traslación.

Según las previsiones, el fin de semana llegaría al estado de Luisiana, en el suroeste de EE.UU., convertido ya en huracán.

Las compañías petroleras que operan en las aguas del Golfo de México anunciaron que iniciaron la evacuación del personal que trabaja en las plataformas marítimas.

 


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