La temporada de anidación de la tortuga lora («Lepidochelys olivacea») en este refugio va de julio a diciembre, una época en la que los guardaparques deben redoblar esfuerzos durante las noches y madrugadas para proteger numerosos nidos cada noche y trasladar cierta cantidad de huevos a un vivero donde las tortugas nacerán en unos 45 días.
El administrador del refugio Playa Hermosa-Punta Mala, Mauricio Salazar, explicó a Efe que una vez nacidas, las tortugas son liberadas en la arena para que sigan su instinto y se dirijan al mar de la manera más natural posible que las circunstancias lo permiten.
«Estamos liberando los neonatos que nacieron dentro del vivero, que es un área delimitada y monitoreada para el control y vigilancia de los huevos», comentó Salazar En esta liberación de tortugas, de la que Efe fue testigo, un total de 157 neonatos fueron colocados en la arena y todos se desplazaron hacia el agua para comenzar una fuerte lucha por la supervivencia en la naturaleza. Cada tortuga puede poner más de 100 huevos en una noche y que cada temporada esa tortuga es capaz de anidar unas cuatro veces. Las investigaciones indican que cerca del 85 % de los huevos de un nido llegan a eclosionar, pero solo una de cada mil tortugas se convertirá en adulta.
El gran enigma de la anidación de las tortugas marinas es por qué regresan a las aguas de Costa Rica para aparearse y luego anidar en la misma playa cada año, sobre todo porque se conoce que estos animales se desplazan grandes distancias en el Pacífico hasta las lejanas Islas Galápagos.
EFE