Son casi 600 parques nacionales y reservas, Sudáfrica es un destino imbatible para los amantes de la vida silvestre. Para preservar esta biodiversidad única, cada vez más turistas eligen intercambiar sus vacaciones por una misión de ecovoluntariado que sea respetuosa con el planeta, útil, solidaria y gratificante. Propuestas por ONGs, estas estancias (de pocos días a varias semanas) permiten combinar la protección de los animales y los recursos naturales, de acuerdo con las habilidades y deseos de cada uno.
Al igual que African Conservation Experience, que ofrece esas estancias desde 1999, varias organizaciones acompañan a los viajeros en sus proyectos de ecovoluntariado en Sudáfrica. La mayoría de las misiones se refieren a la protección de las especies animales que pueblan el país y pueden consistir en diferentes acciones: alimentar un hipopótamo huérfano con un biberón; asistir a un veterinario en el cuidado de una cebra herida; acompañar el trabajo de los investigadores participando en el censo de poblaciones de elefantes, leones o guepardos en su hábitat natural; o patrullar a caballo en una reserva para evitar la caza furtiva. La fauna marina también puede ser objeto de un compromiso ecovoluntario, con avistamiento de delfines y ballenas, inmersiones diarias para conocer cetáceos e intercambios informativos con apasionados biólogos.
El Mundo