La concentración de nitrógeno en las hojas de las plantas ha ido disminuyendo de forma general en todo el mundo durante los últimos 40 años. Así concluye un artículo publicado en Nature Ecology and Evolution que firman, junto con otros investigadores, Sara Marañón y Rossella Guerrieri, investigadoras posdoctorales del CREAF con una beca Marie Sklodowska Curie.

El equipo internacional se basa en este fenómeno para alertar de que el nitrógeno, un elemento básico para las plantas, está disminuyendo en todos los ecosistemas terrestres. Según los autores, esto sucede básicamente por dos motivos. En primer lugar tenemos el efecto fertilizante que produce el aumento de CO2 en la atmósfera. Con más CO2, más crecimiento de los bosques y más demanda de nitrógeno por parte de la vegetación, que lo utiliza como nutriente. En segundo lugar, el cambio climático ha provocado que se alarguen los períodos de crecimiento de las plantas (con otoños que llegan más tarde y primaveras que llegan antes de tiempo), y que la demanda de nitrógeno se mantenga durante más meses a lo largo al año. En algunas zonas del mundo, como EEUU y Europa, a estos dos motivos principales se les suman las regulaciones a las centrales eléctricas de carbón: después de regular las emisiones de esta industria, mejoró la calidad del aire que respiramos, pero de forma colateral se redujeron las cantidades de nitrógeno que llegaban a los ecosistemas.

 

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