Preocupados por el medioambiente, la salud y el bienestar animal, los británicos comen menos carne roja y más pollo, pero con ello están contribuyendo sin saberlo a la deforestación en Latinoamérica, advierte Greenpeace en un informe publicado este martes.

En los últimos 20 años, la demanda de vacuno, cordero y cerdo disminuyó considerablemente en el Reino Unido, una caída que se vio compensada por un aumento del 20% en el consumo de pollo, según datos del departamento británico de Medio Ambiente y Alimentación.

El informe de Greenpeace “Cómo el hábito del pollo en el Reino Unido está atizando la emergencia climática” alerta sin embargo que gran parte de esas aves se alimentan con soja cultivada en zonas presas de la deforestación.

El 95% de los más de mil millones de pollos sacrificados cada año en el país son criados de forma intensiva, afirma.

El Reino Unido importa anualmente unos 3.3 millones de toneladas de soja, de las cuales casi el 60% es utilizado por la industria avícola. La mayor parte procede de Brasil, Argentina, Paraguay y Estados Unidos.

AFP