Un grupo de científicos argentinos ha desarrollado un barbijo (mascarilla) para “uso social” con capacidad antiviral y antibacteriana, que se puede lavar hasta quince veces y que reduce las probabilidades de penetración en el organismo del coronavirus SARS-CoV-2, ocasionante de la enfermedad conocida como COVID-19.

“Es un barbijo de uso social, no es para profesionales. Fue pensado así, para tener amplia disponibilidad y para hacerse en distintas empresas”, aseguró este martes el ministro de Ciencia y Tecnología argentino, Roberto Salvarezza, en una reunión por videoconferencia con medios extranjeros.

USO DE NANOPARTÍCULAS DE PLATA E IONES DE COBRE

Dicho barbijo es un trabajo conjunto de varias instituciones, entre ellas el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), cuya premisa consistía en elaborar un producto lo más asequible posible y que incluyera tanto capacidad antiviral como bactericida.

El resultado final de ese trabajo es una mascarilla construida con telas de algodón y poliéster, la cual aparece dividida en dos capas: una de ellas contiene activos bactericidas y fungicidas, mientras que la otra suma además el componente antiviral, permitiendo inactivar el virus en tan sólo cinco minutos.

Para ello, los científicos modificaron estas telas con un agregado polimérico al que añadieron, por un lado, iones de cobre, que son los que más carga antiviral tienen, y, por otro, nanopartículas de plata, otro de los metales con actividad antimicrobiana.

“Esta combinación, más la incorporación del impermeabilizante, disminuye la posibilidad de que las microgotas que transmiten los virus puedan atravesar la tela, generando así una barrera efectiva y que, en caso de que queden retenidos microorganismos, los inhabilita para su crecimiento”, apuntó durante el encuentro Roberto Candal, investigador principal del Conicet.

En cualquier caso, el científico subrayó que estas telas “no son adecuadas para fabricar elementos protectores de médicos y paramédicos”, sino que permiten generar “protección para la comunidad y para los trabajadores que están más expuestos” al contagio.

Silvia Goyanes, también investigadora del Conicet, recordó a este respecto que este barbijo contribuye a disminuir las probabilidades de contagio del virus, pero en modo alguno se trata de una mascarilla “anticovid”, algo inexistente por ahora.

Fuente:  EFE