Cuando Armando Seijo se enteró que vendría al Istmo a exhibir sus cuadros, decidió ir a sentarse frente a la sección tropical de un jardín botánico. Dentro de las 120 hectáreas del Royal Botanic Gardens, Kew, en Londres, hay una sección dedicada a Panamá donde Seijo dibujaría y tomaría fotos de algunas plantas y flores. Una documentación que luego plasmaría en tres lienzos, parte de su exhibición en Arteconsult.

‘Traté de imaginarme la luz —dice el artista plástico a Ego, sentado en la galería local—, la paleta es más de jungla, más salvaje en estas tres piezas’. En una pared lateral cuelga un cuadro donde un lagarto comparte espacio con varias flores blancas conocidas como ‘damas de la noche’, una especie de orquídea que florece y muere al día siguiente, representativa de áreas tropicales, y que sirvió para bautizar la primera muestra en el Istmo del artista plástico sevillano afincado en Londres hace 20 años, ‘Ladies of the night’.

Lo mismo hizo con la ‘flor del Espíritu Santo’, otro ícono de la naturaleza panameña, y en otro cuadro con un jaguar y una mujer que se asoma entre el follaje, para el artista, un guiño a la primera colonización humana que hubo en el continente, aquel acercamiento primitivo a las especies silvestres.

‘(Las obras) están basadas en la realidad, pero luego con el color, marcas, texturas… es un ejercicio pictórico, no una representación fiel de la realidad, es un cuadro, un espacio en el que puedes perderte’, advierte el artista dando pistas sobre su estilo pictórico, alineado al expresionismo alemán. ‘Es acogedor, la gente puede tener cierto tipo de respeto o de miedo (a la selva), pero yo la veo como algo apasionante, como un sitio para adentrarte’. Pero aparte de estas tres piezas que Seijo ha bañado con colores incandescentes, la paleta del resto de lienzos nos remite a lo barroco de Diego Velázquez, pero con resultados más contemporáneos, como él mismo dice.