El uso de bitcoins también genera emisiones de CO2 y se estima que el volumen de emisiones es comparable a las totales de las ciudades de Viena, Hamburgo o Las Vegas, según un estudio de la Universidad Técnica de Munich (TUM). Así, la criptomoneda ‘bitcoin’ genera una huella de carbono de entre 22 y 22,9 megatoneladas al año. Para calcularlo, un interdisciplinar de investigadores de la Universidad Técnica de Munich (TUM) analizó datos tales como los archivos de IPO de los fabricantes de hardware y las direcciones IP de los “mineros” de Bitcoin.

Bitcoin es una moneda virtual, pero el consumo de energía asociado a su uso es “real” y en los últimos años su capacidad informática y emisora de CO2 se ha multiplicado en los últimos años, ya que solo en 2018 esta cifra se cuadriplicó.

Por ello, los investigadores ahora se plantean que el auge de Bitcoin plantea la cuestión de si la criptomoneda impone una carga adicional sobre el clima. Varios estudios han intentado cuantificar las emisiones de CO2 causadas por la minería de Bitcoin. “Sin embargo, estos estudios se basan en una serie de aproximaciones”, dice Christian Stoll, quien realiza una investigación en la Universidad Técnica de Munich (TUM) y en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

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