Meimei y Hehe, dos pandas gemelos que se revuelcan por la hierba, juegan y hacen siesta como todos sus congéneres, nacieron de una madre en cautividad y un padre en libertad, convirtiéndose en un caso prometedor para la supervivencia de la especie.

Los dos pandas, nacidos hace un año en la reserva de Hetaoping (sudoeste de China), constituyen un éxito en los esfuerzos de diversificación genética de este animal, símbolo de la naturaleza en peligro.

Ese éxito fue oficialmente inscrito esta semana en el Libro de los récords, en una ceremonia en la reserva de Shenshuping, donde residen ahora los dos pequeños pandas. La reproducción de los pandas es notoriamente difícil: la hembra es fértil solamente unos días por año, y el macho no suele demostrar demasiado interés por aparearse.

AFP