La pandemia creada por el nuevo coronavirus llegado de China, el COVID-19, también está afectando a las principales agencias espaciales, incluida la NASA, que ha emitido un comunicado admitiendo que la situación está alterando los trabajos, ya sea porque no se pueden garantizar las condiciones de seguridad para que no se den contagios o porque las infecciones han obligado al confinamiento de personal clave. Todo ello ha provocado que la agencia se replantee el esquema de misiones, quedando muy limitados e incluso paralizados algunos proyectos.

Así lo explicaba este jueves el administrador de la NASA, Jim Bridestine: «Vamos a cuidar a nuestra gente. Esa es nuestra primera prioridad. La tecnología nos permite hacer muchas tareas de forma remota, pero allá donde se requiere trabajo práctico es difícil o imposible cumplir con las pautas de los CDC -Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades- mientras procesamos hardware de vuelos espaciales. Así que donde no podemos hacerlo con seguridad, vamos a tener que suspender el trabajo y centrarnos en las actividades de misión críticas».

Misiones que se ven afectadas

Uno de los principales proyectos que se verán comprometidos es el programa Artemisa, deudor de las misiones Apolo, cuyo objetivo esvolver a poner a la humanidad sobre la Luna para, después, saltar a Marte. Aunque hace apenas cuatro días Bridestine afirmaba que algunos trabajos seguían adelante, este lunes la NASA confirmaba que se suspendía la construcción y la prueba del cohete y la cápsula Orion para la misión tripulada Artemisa. «Se ha tomado esta decisión debido al creciente número de casos de COVID-19 en la comunidad alrededor del centro, el incremento de casos de autoaislamiento dentro de nuestra plantilla y un caso confirmado en nuestro equipo», explicó Bridestine.

Los calendarios aprobados reflejaban cuatro misiones: Artemisa 1, una misión no tripulada que pondría en órbita una nave Orion en abril de 2021; Artemisa 2, que significaría la primera misión con astronautas prevista para finales de 2022 y que servirá de prueba para volver a nuestro satélite; y Artemisa 3, misión prevista para 2024 y momento previsto para que el hombre (y la primera mujer) volviera a pisar la Luna. Ahora esta noticia viene a alterar dichas fechas, si bien no se ha dicho nada seguro al respecto. «Nos damos cuenta del impacto de estas decisiones, pero a medida que nuestros equipos trabajan para analizar la imagen completa y reducir los riesgos, entendemos que nuestra principal prioridad es la salud y la seguridad de la fuerza laboral de la NASA», ha afirmado en un nuevo comunicado emitido este lunes Bridenstine.

Sin embargo, los análisis de ingeniería y otros trabajos del sistema de aterrizaje para la misión humana se están llevando a cabo de manera virtual, por lo que de momento han tenido un impacto mínimo. No así la estación espacial Gateway, que orbitaría la Luna desde 2024 yserviría de apoyo en el programa Artemisa, y que de momento se paraliza hasta nueva orden. Desde la NASA afirman que, aún sin fecha, se adelatará todo el trabajo telemático que pueda realizarse para ser aplicado en un futuro algo incierto.

Por otro lado, el equipo del telescopio espacial James Webbsuspende las operaciones de integración y prueba. «Las determinaciones podrían ajustarse a medida que la situación continúe desarrollándose durante esta semana», han afirmado en el comunicado. Está previsto que el sucesor del telescopio Hubble se lance en marzo de 2021.

Proyectos que continúan adelante

La NASA ha señalado la misión Mars 2020 -incluido el rover Perseverance, sucesor del Curiosity, y el Mars Helicopter– como misión de alta prioridad. Por ello, los preparativos para el lanzamiento, previsto para mediados del próximo mes de julio, siguen adelante.

El entrenamiento de astronautas sigue adelante, al igual que los preparativos para el lanzamiento el 9 de abril del astronauta de la NASA Chris Cassidy y dos cosmonautas rusos. Además, la agencia espacial estadounidense anunció que las pruebas para el primer vuelo tripulado de la Crew Dragon, el vehículo que en un futuro cercano llevará a los astronautas estadounidenses a la ISS, continúa y su lanzamiento está previsto a partir de mediados o finales de mayo.

Por otro lado, se continúa trabajando en el primer avión X pilotado por control remoto, mientras que la supervisión e inspecciones de la NASA se llevarán a cabo casi exclusivamente de forma virtual. Igual que el Centro de Investigación Ames, quemantiene los recursos de supercomputación de la agencia, así como el Centro de Operaciones de Seguridad Informática y las operaciones de naves espaciales en vuelo. También todo el trabajo asociado con el apoyo a las operaciones de la Estación Espacial Internacional. Los controladores de vuelo están trabajando en el Centro de Control de la Misión en el Centro Espacial Johnson en Houston, donde una serie de medidas adicionales entraron en vigencia a principios de marzo para reducir el riesgo de exposición al equipo.

La NASA también sigue apoyando las operaciones con el telescopio espacial Hubble y la red de comunicaciones espaciales, así como las misiones satelitales que apoyan la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica y el Departamento de Defensa, incluidos los que proporcionan datos climáticos críticos y GPS.

Sin embargo, desde la NASA apuntan a que se trata de una situación dinámica que se irá reevaluando según evolucione la pandemia.

Fuente: ABC