Imagínese que entra a una tienda donde un robot lo saluda por su nombre, le dice que su pedido en línea está listo y le sugiere otros productos que tal vez le interesen. El reconocimiento facial lo hace posible, a medida que la tecnología gana fuerza en un abanico cada vez mayor de productos de consumo, automóviles y servicios minoristas y hoteleros, además de su uso de larga data, pero controvertido entre los cuerpos de seguridad.

Si bien el reconocimiento facial existe desde hace algún tiempo en los teléfonos inteligentes, algunos usos más nuevos incluyen los sistemas de vigilancia y acceso para hogares y oficinas y las aplicaciones de venta minorista.

 

AFP