Cuando un grupo de científicos estudió la presencia de un tiburón en las aguas dulces y mansas del Gran Lago Nicaragua -también conocido como Cocibolca-, pensó que se trataba de una rara especie que solo habitaba en ese sitio.

Entonces corría el año de 1877 y el hallazgo fue tan sorprendente que el gobierno del país centroamericano emitió una edición especial de estampillas con la imagen del animal como un símbolo de identidad nacional.

La teoría se mantuvo vigente durante un siglo, hasta que en 1976 otros investigadores encontraron que en realidad allí habitaba una especie común en aguas tropicales y subtropicales, llamada Carcharhinus leucas o tiburón toro.

Los científicos describieron cómo el pez se instalaba en el lago luego de  haber recorrido el Río San Juan, que conecta con el Mar Caribe. Un fenómeno que sigue pasando hoy en día aunque la población ha mermado debido a la pesca, según expertos nicaragüenses.

No existen mayores datos sobre cuántos hay en el lago, pero la migración desde el mar subiendo por el río hasta llegar al lago ha fascinado a los científicos por años”, acotó a BBC Mundo Elda Brizuela, documentalista costarricense que realiza un proyecto para la conservación de este pez en la zona.

Los tiburones toro, cuya mordida es considerada la más potente de cualquier especie de tiburón, suelen habitar en aguas marinas aunque igualmente tienen una inusual capacidad de adaptar su organismo a las aguas dulces.

Esta capacidad es compartida con otras poquísimas especies que pertenecen a la familia Glyphis, llamados comúnmente tiburones de río, que pueden verse en el norte de Australia.

Sin embargo, el tiburón toro es la única especie con esta extraordinaria habilidad que circula por las aguas de América , aunque también hay ejemplares en el río Zimbeze, el cuarto más largo de África, y en el océano Pacífico e Índico.