Francisco de Goya, sordo, viejo y aislado, recubrió con pinceladas de tormento las paredes de su casa a través de 14 murales desgarradores que reflejan el lado más oscuro de la naturaleza humana: las pinturas negras.

Poco se sabe de aquel furioso gesto creativo que ahora reinterpreta un cómic publicado en Francia, el país donde murió entre nostalgias un precursor de la pintura moderna nacido en 1746 en Fuendetodos, cerca de Zaragoza, y fallecido en Burdeos, en 1828.

Las 57 páginas que redacta Olivier Bleys y dibuja Benjamin Bozonnet inauguran una saga de treinta títulos sobre los grandes maestros de la pintura que edita Glénat y llegará a las librerías francesas a la vez que los tomos dedicados a Toulouse-Lautrec y Jan Van Eyck.