Cientos de soldados han empezado una implacable guerra en Honduras contra un insecto que ya destruyó 400 mil hectáreas de pinares y sigue extendiéndose aceleradamente, estimulado por el cambio climático.

Los soldados forman parte del Primer Batallón de Artillería en la zona de Zambrano, 30 km al norte de la capital, donde la plaga ha ocasionado lo que los expertos definen como ‘una catástrofe ecológica’.

‘Esta plaga nos va a dejar con la mitad de los pinares de Honduras, si tenemos suerte’, afirma a la AFP Lucky Medina, asesor de las Fuerzas Armadas, mientras observa la labor de los soldados que derriban uno tras otro los árboles enfermos en la agreste montaña.

Las autoridades del batallón se confiesan impotentes ante el insecto, por lo que solicitaron auxilio al estatal Instituto de Conservación Forestal (ICF) y al Comando Militar del Bosque de las Fuerzas Armadas. ‘Da lástima ver esto’, dice a la AFP el coronel Bernardo Ávila, subjefe del Comando del Bosque.