En la lucha por mejorar rendimientos y aumentar la productividad en arroz, disminuyendo costos de producción, Panamá, apuesta por las Escuelas de Campo que se impulsan en las diferentes regiones productoras del principal rubro en la alimentación de los panameños, como lo es el arroz.

Las Escuelas de Campo, son una forma ordenada y sistemática de desarrollar una capacitación, utilizando principios de educación para adultos, donde se promueve el aprendizaje por observación y descubrimiento, la participación, se basa en el método de aprender- haciendo.

Por medio de esta técnica, se rescata el conocimiento práctico de los agricultores y ganaderos, el cual debe ser respetado y valorado con el grupo que participa de la Escuela de Campo.

Las Escuelas, son el medio para recopilar la información de las diferentes actividades que se hacen como buenas prácticas y a la vez, aumentar el fortalecimiento de capacidades tecnológicas entre productores y técnicos de las instituciones del sector agropecuario.

Sobre el particular, el ministro  de Desarrollo Agropecuario, Augusto Valderrama, elogió los avances logrados en las cinco  primeras escuelas de campo, tres para el sistema secano implementadas en parcelas localizadas en San Juan, Chiriquí, Trinchera en Veraguas, y Tortí en las Regionales de Panamá Este y Darién y las dos primeras en el sistema bajo riego en el Caño de Natá en Coclé y Orillas del Río en Alanje, provincia de Chiriquí.

Destacó que, hasta el momento, las cinco parcelas se han ejecutado con éxito y en la actualidad, diez escuelas están en ejecución en las seis regionales arroceras del país, las cuales han creado técnicas recomendadas para establecer una línea base en el desarrollo de las Normativas Apropiadas de Mitigación (NAMA), como compromiso de país.

Igualmente, a través de estas Escuelas de Campo, se busca contribuir con la disminución de los gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial, un compromiso adquirido por Panamá, en el acuerdo de París en 2015, a fin de mejorar los efectos del cambio climático.

Para tal efecto, recientemente, el ministro Valderrama, firmó un acuerdo de cooperación con arroceros del país, con la intención de desarrollar las Normativas Apropiadas de Mitigación (NAMA), para reducir la emisión de gases de efecto invernadero en el cultivo de arroz y aportar en las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) en el sector agropecuario.

En estas escuelas de campo, se llevan a cabo siete actividades claves como son: análisis de suelo, fertilización según análisis del suelo, uso se semilla certificada, siembra mecanizada, control y monitoreo de malezas, control y monitoreo de enfermedades y control y monitoreo de insectos. De estas siete actividades que se realizan en las ECAs, se determinará a través de la medición de los gases de efecto invernadero, cual actividad es de adaptación o mitigación al Cambio Climático.

Valderrama, ha destacado la importancia de este  programa que se desarrolla de forma estrecha con  el  Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA) y  el MIDA,  con el apoyo  de la Comunidad Económica Europea, con su programa de EUROCLIMA, para  establecer las  granjas con eficiencia,  productiva y  bajas en carbono en el sector arrocero donde Panamá, fue escogida a nivel de Centroamérica como modelo.

Gerardo Escudero, representante del IICA en Panamá, dijo  que, en esta nación, se  tiene una doble acción impresionante porque no sólo se habla de un Gobierno que está reimpulsando el agro luego de muchas décadas de haber quedado relegado,  sino que,  con el apoyo entusiasta de los  productores  y productoras, en plena pandemia, están diciendo que se puede  elevar la producción de una de las cadenas más importantes como es el arroz, y se puede hacer sin perjudicar el medio ambiente, haciendo las correcciones necesarias y llevando plata al bolsillo de sus familias.

Explicó que, a través de las escuelas de campo desarrolladas por los técnicos del MIDA e IICA como facilitador, se ha podido demostrar que  a diferencia de lo que hacían antes los productores,  donde por cada balboa invertido en producir arroz en una hectárea, rescataban solo 6 centavos de beneficio y que  hoy, con estas nuevas prácticas y con este asocio público privado, obtienen  30 centavos de ganancia y estos son resultados que están a la vista.

Enfatizó que,  además, Panamá, es de los pocos países que hacen la medición técnica científica de la Emisión de Gases de Efecto Invernadero y se demuestra que, bajo una forma de arroz de precisión,  con tecnologías asequibles para todos,  especialmente  los pequeños y medianos productores, se puede reducir la emisión de gases y producir más alimentos, lo que da  pie  a decir que en menos de 4 años, este país, podría lograr casi el 90 % de la autosuficiencia  alimentaria en  arroz de manera competitividad y productiva.

Los técnicos del MIDA, de todo el país, recibieron kit de capacitación con los lineamientos del Sistema de Producción de Arroz en Secano (PASAC). Este material de capacitación, fue confeccionado para lograr una enseñanza a los productores con el método de aprender-haciendo.

La producción de arroz en Panamá, ha registrado un incremento del 17.51%, en comparación con el ciclo agrícola 2019 y 2020. Al presente, se siembran unas 87,609 hectáreas de arroz, lo que mejora el sector productivo en unas 13,059 hectáreas más.

 

Fuente: MIDA