A estas alturas de la pandemia de COVID-19, científicos de todo el mundo siguen intentando desarrollar, a marchas forzadas, vacunas y tratamientos capaces de inmunizar o de reducir los síntomas de la enfermedad. Lo cierto, sin embargo, y a pesar de los buenos resultados preliminares, es que aún no tenemos ni lo uno ni lo otro.

Ahora, un descubrimiento crucial sobre cómo los virus, o por lo menos una buena parte de ellos, consigue evitar el sistema inmunitario del cuerpo e infectar a sus víctimas, podría acelerar el proceso.

Al frente de un equipo de investigadores de las Universidades de Aarhus, en Dinamarca, Oxford, en Reino Unido y Gotemburgo, en Suecia, el virólogo danés Søren Riis Paludan ha conseguido, en efecto, dar un paso decisivo a la hora de comprender las tácticas utilizadas por los virus cuando atacan el sistema inmune.

En un estudio recién publicado en « Journal of Experimental Medicine», Paludan y su equipo explican cómo han conseguido descubrir la forma en que el virus del herpes simple logra eludir las defensas del organismo para infectar el cerebro. Una infección rara, pero con una elevada tasa de mortalidad.

«En nuestro estudio -explica el investigador- encontramos que el virus del herpes simple es capaz de inhibir una proteína en las células, conocida como STING, que se activa siempre que hay una amenaza. Con la STING desactivada, también el sistema inmunológico del organismo se inhibe. Es decir, que el virus frena el sistema de defensa del cuerpo, responsable de impedir que caigamos enfermos. Y otros virus también hacen uso de la misma estrategia».

Aunque el trabajo se centró en el virus del herpes, Paludan afirma que existen paralelismos con el coronavirus responsable de la COVID-19. De hecho, la misma proteína también es desactivada por el coronavirus SARS-CoV-2.

Para el virólogo danés, «esto significa que hemos encontrado un talón de Aquiles en el virus y la forma en que consigue provocar infecciones en el cuerpo. Nuestros resultados nos llevan a suponer que si conseguimos evitar que los virus bloqueen la proteína STING, entonces podremos evitar que se replique. Y eso allanaría el camino hacia nuevos tratamientos del herpes, la gripe y también el coronavirus».

Paludan explica que «estudios previos ya han demostrado que el coronavirus inhibe la STING de la misma forma en que lo hace el virus del Herpes. Y eso significa que hemos encontrado un denominador común para varios tipos de virus, y que eso será un elemento importante para el desarrollo de tratamientos».

Fuente:   ABC Ciencia