Mide 324 metros de altura, pesa 7,300 toneladas y recibe a más de 7 millones de visitantes cada año. La Torre Eiffel, que fue duramente criticada durante su construcción y luego se convirtió en uno de los símbolos más queridos de París, cumple 130 años. Construida en dos años, dos meses y cinco días, el monumento de más de 18,000 piezas de hierro fue en el siglo XIX el símbolo del “desempeño técnico y arquitectónico”, estima Bertrand Lemoine, arquitecto e historiador. Desde entonces, su reputación siguió creciendo. “La Torre Eiffel es una visita obligatoria” cuando se pasa por la capital francesa, estima Laurie, una turista canadiense.

La Dama de Hierro no siempre fue popular. Durante su construcción estalló una enorme polémica, sus opositores presentaron denuncias e hicieron circular varias peticiones, recuerda el encargado del Departamento de Cultura de la alcaldía de París, Christophe Girard. Fue durante la Exposición Universal de 1889, en ocasión del centenario de la Revolución francesa, que se lanzó un gran concurso que el ingeniero Gustave Eiffel ganó, para gran disgusto de muchos artistas de la época, entre ellos el escritor Guy de Maupassant.

AFP