Un amante del libro impreso necesita conocer lo que sucedió en sus inicios, cómo explotó ese fenómeno. No pretende quedarse en lo trillado: en piedras, papiros, pergaminos, manuscritos, y Gutenberg. Es así que la publicación de “Los primeros editores” (Malpaso) satisface esa necesidad, ya que da un torrente de datos sobre libreros, autores, imprentas y descubridores de tesoros impresos. Alessandro Marzo Magno (Venecia, 1962) descorre con erudición las cortinas de la historia y permite ver una ciudad de ensueño. Venecia —la mayor potencia económica, comercial y militar del Mediterráneo oriental— prevalece como el centro impresor y editorial del mundo durante el siglo XVI.

En aquella época trabajó Aldo Manuzio. A este humanista le debemos la invención del libro de bolsillo, de la cursiva, de los best sellers, del punto y coma. Él, además publicó el que es considerado el libro más bello jamás impreso, el Hypnetotomachia Poliphili (Polífilo), un volumen lujurioso y pagano, escrito por el fraile dominico Francesco Colonna. Por otro lado, Marzo Magno describe el éxito de los editores venecianos. Ellos se diversificaron. La cartografía desató una verdadera pasión con los descubrimientos geográficos del Nuevo Mundo, lo mismo sucedió con los libros destinados al arte de la guerra y arquitectura militar. De manera que este ensayo hará disfrutar a todos los bibliófilos y a los consumidores de textos de divulgación histórica y literaria. Y nos recuerda que el libro tal y como lo conocemos hoy se debió gracias a aquellos primeros editores.