Hoy, en medio de polémicas, abrirá sus puertas en Berlín, Alemania, el Museo de los Seres Humanos, sede permanente de la colección de cadáveres humanos tratados por el alemán Gunter von Hagens para permanecer inalterados.

A los pies de la icónica torre de telecomunicaciones del centro de la capital alemana, el museo acoge una veintena de cuerpos completos y unos 200 órganos y aparatos humanos preservados gracias a la técnica de la “plastinación” desarrollada por von Hagens, conocido como el “doctor muerte”.

En un ambiente de penumbra y con una música tenue, se puede avanzar entre vitrinas que contienen desde un fémur humano seccionado longitudinalmente hasta un corazón, unos riñones, un pene o un cerebro unido a una médula espinal, pasando por varios pulmones progresivamente ennegrecidos por los efectos del tabaco o unos intestinos estirados.

El propósito de la muestra, señaló en la presentación del centro la esposa de von Hagens, Angelina Whalley, es “mostrar la complejidad del cuerpo humano, pero también su vulnerabilidad”.