El premio Nobel de Medicina de 2019, el británico Peter Ratcliffe, opina que la investigación científica “tiene que estar movida por la pasión” y que no se puede obligar a científicos a detener sus trabajos actuales para dedicarse exclusivamente a la COVID-19.

“No cabe esperar de los investigadores que dejen de lado su trabajo actual para dirigir su atención a combatir la COVID-19”, ha manifestado el catedrático de Medicina Clínica en la Universidad de Oxford y director de investigación clínica en el Instituto Francis Crick de Londres (Reino Unido).

Ratcliffe ha hecho estas declaraciones previas a la conferencia que pronunciará mañana sábado en honor de Michel Clavel, dentro del Simposio sobre Dianas Moleculares y Terapéutica del Cáncer EORTC-NCI-AACR, que estaba previsto celebrar físicamente en la ciudad de Barcelona (noreste), pero que ha tenido que reconvertirse en encuentro virtual por la pandemia.

“Existe la creencia en determinados ámbitos de que el mundo científico en su conjunto tiene que detener lo que está haciendo ahora y trabajar solo en el coronavirus. Yo diría que la mejor descripción de lo que hacemos es una investigación movida por la pasión. El investigador siente pasión por lo que hace, se ha persuadido de que puede resolver un problema específico y tiene el convencimiento de que ese problema es importante; pues eso es lo que nos mueve a todos”, ha dicho.

El médico ha asegurado que gran parte de la tecnología que ahora se ha enfocado a combatir la COVID-19 surgió de la investigación del cáncer y ha puesto como ejemplo el caso del conocimiento sobre cómo los virus infectan las células, la respuesta inmune, el desarrollo de proteínas virales para crear vacunas potenciales y algunas de las pruebas diagnósticas para el coronavirus.

Ratcliffe ha establecido un paralelismo entre investigadores y futbolistas: “Messi jugaría al fútbol ganase lo que ganase. Y eso es lo que aprovecha la ciencia: esa pasión humana que sienten algunas personas y que los impele a descubrir cosas. Si te enfrentas a un problema como la covid-19 y la gente dice que tienes que trabajar en eso, no siempre aprovechas esa pasión”.

El investigador británico ha destacado que España no es solo el lugar de residencia del futbolista argentino, sino también el de muchos investigadores que sentaron las bases para sus desarrollos científicos sobre los mecanismos en que las células detectan y responden a la disponibilidad de oxígeno.

“Los niveles bajos de oxígeno, lo que se conoce como hipoxia, constituyen un elemento importante en numerosas enfermedades humanas, como el cáncer, la enfermedad coronaria, los ictus, las enfermedades vasculares y la anemia. La hipoxia es común en los tumores sólidos y está relacionada con la resistencia a los tratamientos y a pronósticos adversos”, ha detallado en una nota de prensa.

“España cuenta con una larga historia de investigación en hipoxia, que se remonta a Fernando de Castro en los años 20 del siglo XX. Debería haber ganado el premio Nobel, pero no lo consiguió porque se desconsideró su trabajo, en parte a causa de la Guerra Civil. España siempre ha sido potente en ese ámbito científico”, ha remarcado.

Ratcliffe ha recordado que De Castro fue el primero en describir las células dedicadas específicamente a detectar los cambios en la composición química de la sangre, como parte de su investigación sobre el cuerpo carotídeo, una pequeña estructura que monitoriza los cambios en los niveles de oxígeno de la sangre y ayuda a controlar la actividad respiratoria.

Junto a Gregg Semenza y William Kaelin, Ratcliffe obtuvo el premio Nobel en 2019 por sus descubrimientos sobre el mecanismo molecular que regula la actividad de los genes en respuesta a las variaciones en los niveles de oxígeno.

En su conferencia en el 32.º Simposio EORTC-NCI-AACR, el profesor Ratcliffe describirá los 30 años de labor investigadora que derivaron en sus hallazgos

 

Fuente:   EFE