En los últimos años, las fincas lecheras de vacunos han incorporado tecnologías que favorecen prácticas amigables con el medio ambiente y el bienestar animal, con el propósito de elevar la producción, el rendimiento y la calidad del producto, garantizando así una productividad sustentable.

Un ejemplo para destacar es la empresa Cuango Development, S.A. cuya finca ubicada en Boquerón, provincia de Chiriquí, fue beneficiada con financiamiento no reembolsable en la Convocatoria Pública para Proyectos de Innovación Empresarial 2017, de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT).   El proyecto se desarrolló en cuatro etapas, logrando incorporar tecnología a nuevos procesos de administración y mercadeo.

Tras la ejecución del proyecto: “Producción sostenible de lecha, mediante la implementación de tecnología para innovar y cambiar el proceso tradicional de producción de leche, haciendo transición a sistema de producción de leche sostenible – leche verde-, con prácticas agropecuarias amigables con el ambiente y los animales, para que la leche tenga un valor agregado”, la compañía cuenta hoy con un sistema de producción que incluye prácticas amigables con el ambiente, prácticas de bienestar animal y sostenibilidad en la producción agropecuaria, lo que les permite producir leche con valor agregado.

La empresa Cuango Development, S.A., identificada comercialmente bajo el nombre Finca El Recreo, ha destinado 25 hectáreas para pastoreo de las vacas en producción de leche grado A.

Las vacas están en preñez antes de los 20 meses y las mantienen en el proceso de ordeño durante un promedio de 11 meses. Los descartes son seleccionados en base a una baja producción de leche, problemas de salud o de reproducción.

Uno de los aspectos de importancia en la finca es el manejo de descarte, explicó la encarga del proyecto, la Licda. Fátima De La Guardia, manifestando que una vez los vientres terminan su preñez, los terneros son vendidos y las terneras llevadas a cunas luego de su nacimiento. Son alimentadas con calostro y leche; posteriormente consumen un concentrado especial y, poco a poco, le introducen pasto verde picado.  La finca tiene algunas reses con más de 10 años en ordeño.

Pasado los dos meses, las terneras son bajadas de la cuna al piso, pero debido al limitado espacio, éstas permanecen en una galera hasta los ocho meses cuando salen al pastoreo. Durante todo ese tiempo, las terneras consumen pasto fresco picado del día.

Sin embargo, aclaró que mantienen valores muy bajos en cuanto a abortos y mortalidad de becerros. “En lo que va del año 2020 se han muerto apenas dos terneros”.

De La Guardia, adelantó que la finca se mantiene en un proceso de transformación continuo: “Hemos avanzado de una producción 100% convencional a una producción que ha incorporado prácticas de mejor trato animal, de disminución de uso de medicamento, de uso y tratamiento de excretas bovinas para la producción de abono, uso de paneles solares, entre otras nuevas prácticas. Nosotros buscamos producir en armonía con el ambiente procurando el bienestar animal”, comentó la empresaria.

Fuente:  SENACYT