En la pasada Feria del Libro de Panamá se le concedió la “Pluma de Oro” al escritor panameño Justo Arroyo, por su obra literaria, que mayormente ha sido en narrativa de cuentos y novelas. Frente a esto, el autor expresó que lo considera un gran honor el haber sido distinguido con ese reconocimiento, fundamentalmente por la labor que realiza la Cámara Panameña del Libro en la promoción de la lectura.

Sus palabras al aceptar este galardón fueron improvisadas, no elaboró un discurso como el que hace unos tres años escuché embebida cuando asumió como Académico de la Lengua, pero hizo énfasis en las influencias con las que alega tener deudas, entre ellas Rogelio Sinán, José de Jesús Martínez y Roque Javier Laurenza.

A Justo Arroyo se le ha llamado ‘El Príncipe de las letras panameñas’ y es, sin lugar a dudas, el escritor vivo más importante que tenemos. Con casi una decena de novelas publicadas, igual cantidad de libros de cuentos, estudió en la Universidad de Panamá y en la Autónoma de México, además de dedicarse a la traducción. Se ha alzado con ocho premios Ricardo Miró, el concurso de excelencia literaria que se celebra en Panamá desde hace 75 años y también recibió el Premio Centroamericano Rogelio Sinán en 1997, con el libro de cuentos Héroes a medio tiempo cuyo prólogo lo hizo el escritor argentino Mempo Giardinelli, quien en la contratapa de la primera edición de su célebre novela Vida que olvida destaca que el autor ‘todo lo combina con un maduro espíritu crítico, agudo sentido de la observación y conocimiento de los recovecos más profundos del alma humana’.

Vida que olvida, fue editada por el sello Alfaguara en 2002 y recientemente (en 2014) la editorial Random House la reeditó en formato de bolsillo, lo que manifiesta el autor que se siente abrumado y agradecido por la acogida que le ha dado esta editorial. Conversando con la editora, María del Carmen Deola, que estuvo aquí para la feria, la idea es que esa historia, tan fundamental para entender nuestra esencia como nación, sea leída en forma masiva y sobre todo, por los estudiantes.