En Panamá, estudiantes de 14 a 17 años de colegios oficiales de las 16 regiones educativas y de comunidades de vulnerabilidad social y de difícil acceso, interactuaron en lo referente a sus experiencias durante el Programa “Pensarnos” del Ministerio de Educación y Scholas.

El Programa “Pensarnos”, permitió la medición de algunas emociones a los participantes, a través de un formulario con preguntas previas y posterior a cada encuentro. Durante el proceso, se tomaron en cuenta indicadores como: tensión e intranquilidad, tristeza, miedo, alegría, esperanza, actitud prosocial, soledad y motivación.

Los resultados obtenidos, demostraron que los niveles de tensión e intranquilidad, la tristeza, el miedo y la soledad, evidencian una disminución media en la valoración del 31,3%, después de las intervenciones en comparación con los valores arrojados en el diagnóstico inicial.

Mientras que, en la motivación, la alegría, la esperanza y la actitud prosocial, los resultados, evidencian que los participantes del programa, reportan un aumento 37,81% en la valoración de sus niveles luego de las actividades realizadas.

Los datos obtenidos son relevantes, teniendo en cuenta el consenso mundial que existe respecto del impacto de las emociones de valencia positiva en el organismo, así como la disminución de las emociones de valencia negativa para evitar los factores perjudiciales del estrés en el sistema neuroendocrino.

Estos encuentros, evidenciaron la potenciación de emociones positivas en los jóvenes; ese sentir de emergencia empática, donde se vislumbra a los pares en una diversidad de realidades que coinciden en una problemática común.

Enseñar en la fragilidad del encuentro con el otro, con lo otro, y por consiguiente, con uno mismo, con todo aquello que por ser distinto, nos devuelve la capacidad de asombro, ha sido una de las intuiciones de Scholas, respecto al valor de las emociones en los procesos educativos, una mirada que hoy, en tiempos de una pandemia que ha desnudado la fragilidad de muchos de los sistemas que se creían seguros, se hace más que necesaria.

El Programa “Pensarnos”, transformó una videollamada convencional, en un encuentro lleno de espacios reflexivos para los participantes, además un espacio seguro que permitía a los jóvenes compartir con otros jóvenes de distinto contexto social, religioso y cultural del país.

 

Fuente: MEDUCA