El Gobierno colombiano se ha vuelto a sentar en la mesa de negociaciones con Panamá para lograr su ansiado proyecto de venta de energía a nuestro país y a Centroamérica, algo que trae implícito la apertura del tapón del Darién, y la ruta más factible sigue siendo por tierra.

A líderes ambientalistas locales no les extraña que este haya sido el primer tema de conversación bilateral, oficial, entre Juan Manuel Santos (presidente reelecto de Colombia) y el mandatario panameño, Juan Carlos Varela.

“Cada vez que asume un nuevo Gobierno, Colombia nos pone presión, porque obviamente ellos son los más interesados en esto”, afirmó Rita Spadafora, directora de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancón).

Spadafora se ha sumado a las voces que solicitan a las autoridades panameñas que, si en realidad el país necesita los 400 megavatios que aproximadamente se podrían transportar a través de esta línea, se tome en consideración una ruta submarina para minimizar el impacto ecológico.

“Otros países ya han tomado esta opción (la submarina), pasando más energía -también menos- y hasta en tramos más largos de los que se necesitaría entre la frontera de Colombia y Panamá”, afirmó la directora de Ancón.

Spadafora recordó que la región del Chocó-Darién está incluida entre los 20 sitios más importantes del mundo en cuanto a la biodiversidad.

Al respecto, Olmedo Carrasquilla, del Colectivo Voces Ecológicas (Covec), ha anticipado que una eventual apertura del tapón del Darién generaría un impacto ecológico adverso.

Según Carrasquilla, en la selva darienita hay características similares a la selva amazónica, e indicó que este proyecto generaría cambios a su biodiversidad. @crisolfm