La ausencia del público en las competiciones deportivas por la pandemia ha permitido observar una mejora en la concentración de los árbitros para pitar lo que consideran objetivamente adecuado, un aumento de la atención de los deportistas en el juego y del liderazgo y comunicación del entrenador a la hora de dirigir los encuentros desde el banquillo, según Francisco Solano Romero, director del Postgrado en psicología en el deporte de la Universitat Abat Oliba CEU.

Un año después del inicio de la pandemia y de la ausencia de público en las competiciones deportivas, las primeras conclusiones destacan los beneficios sobre la mejora de la objetividad de los árbitros a la hora de pitar lo que consideran adecuado ante la ausencia de la presión ambiental.

Esa falta de “ruido” señala a los árbitros como máximos beneficiarios de las gradas vacías, pero no han sido los únicos, ya que el silencio ha mejorado el nivel de atención y concentración de los jugadores, y a la vez desarrollar el papel de liderazgo del entrenador, sin el handicap del ambiente para transmitir sus instrucciones a los deportistas.

LOS ÁRBITROS MEJOR SIN PRESIÓN

“A quien mejor le viene la ausencia de público es al árbitro, porque sin presión se siente mas libre y pita mas en conciencia lo que cree oportuno. Ahora castiga más a los locales. La presión de la afición local es importante e influye en el arbitraje, se suele pitar menos en contra del equipo de casa cuando hay presión de la grada. Sin público el árbitro es más libre y pita más en conciencia. Los estudios demuestran esto”, declaró Solano a EFE.