Durante el Cretácico Inferior, hace unos 125 millones de años, la península ibérica era muy diferente a como la conocemos ahora. Tanto, que en lo que hoy es la localidad de Morella en Castellón, por ejemplo, se había desarrollado un gran delta junto a la costa. En esas aguas poco profundas vivió un grupo de reptiles marinos conocidos como plesiosaurios, de cabeza pequeña, cuello largo, cola corta y cuerpo ancho y cilíndrico con grandes aletas. Aunque convivieron con los dinosaurios y se extinguieron a la vez, estos reptiles, que pudieron superar los 15 metros de longitud, no estuvieron cercanamente emparentados con los dinosaurios.

En la Península, los hallazgos de fósiles de estos animales han sido más bien escasos, limitados y fragmentarios. Prueba de ello es una pelvis parcial recientemente identificada en la localidad de Algora, en Guadalajara, que perteneció a un elasmosaurio, un tipo de plesiosaurio de cuello tan largo que hace un siglo y medio, cuando se descubrió la especie en EE UU, se pensó que era la cola. En un nuevo estudio, publicado en la revista Cretaceous Research, un grupo de paleontólogos de la UNED ha descubierto ahora en la cantera del Mas de la Parreta en Morella una abundante y exclusiva colección de restos de varios individuos de plesiosaurios que convivieron con los dinosaurios.

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