La vacunación es una de las intervenciones de salud pública que ha representado un mayor número de vidas salvadas, en gran medida por la vacunación de los niños. No obstante, los niveles de vacunación en adultos son inaceptablemente bajos, a pesar de que la carga de enfermedades a veces es mayor en ellos.

Así inauguró el Dr. Néstor Sosa, director del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, el panel sobre vacunación en adultos durante el congreso de Vacunología en los Trópicos la semana pasada.

‘Cuando uno ve las estadísticas de influenzas, más del 50% de las hospitalizaciones ocurren en personas mayores de 65 años, así como el 90% de la mortalidad’, señaló, a manera de ejemplo.

Casi una docena de vacunas se recomiendan en adultos –con variaciones por edad y estado de salud– según el sitio web del Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC). Estas incluyen la de la influenza, Td/Tdap (tétanos, difteria y tosferina), culebrilla o herpes zóster, antineumocócica, antimeningocócica, MMR (sarampión, paperas, rubéola), VPH (virus del papiloma humano, para mujeres y hombres), varicela, hepatitis A y B, así como la Hib.

Sin embargo, ‘casi nadie tiene el número de vacunas adecuada’, recalca Sosa y las razones para esto son variadas, pero la más crucial para el médico es el hecho de que los profesionales de la salud no las recomiendan. Esto ha sido respaldado por estudios como el motivo más importante por el que las personas adultas no se vacunan.

 

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