Los Ángeles (EE.UU.)/Redacción Medioambiente (EFE). Miles de personas siguen siendo evacuadas y otras tantas están bajo advertencia por la rápida extensión y virulencia del nuevo incendio llamado Hughes al norte del condado de Los Ángeles (EEUU), avivado por los fuertes vientos que azotan la zona.
El incendio fue declarado ayer miércoles por la mañana en el norte de Castaic y en menos de dos horas arrasó al menos 2.000 hectáreas (5.000 acres) tras propagarse con rachas de viento muy fuerte que alcanzaron hasta 100 kilómetros por hora.
Los últimos datos del Departamento de Bomberos de California (Cal Fire) de hace algo más de tres horas situaban ya la extensión de la superficie arrasada por este último incendio en algo más de 4.000 hectáreas (10.000 acres) con una contención muy baja de las llamas, solo del 14 por ciento.
Las autoridades luchan contra su propagación y se han emitido órdenes de evacuación alrededor del lago Castaic, afectando a más de 19.000 residentes, según medios locales.