Washington (EFE).- Tres agentes de la Policía de Pensilvania fallecieron después de un tiroteo que se llevó a cabo en el condado de York, donde el tirador se quitó la vida posteriormente, y la investigación sobre las causas de este crimen continúan bajo investigación.
«Nuestros corazones y oraciones están con ellos, con las familias de los fallecidos y con las familias de los agentes heridos», manifestó el coronel Christopher Paris, comisionado de la Policía estatal de Pensilvania en una rueda de prensa, donde reconoció que «el dolor será insoportable».
Estos agentes, murieron durante un tiroteo que ocurrió en la zona de North Codorus, en el condado de York, luego de ser atacados mientras cumplían con una orden judicial, según las autoridades locales.
De esto, un oficial más, se encuentra en estado crítico y otro herido grave, en el hospital de Wellspan de York.
Sobre este hecho, el tirador está muerto, según confirmó el comisionado Paris, quien expresó que, no existe ninguna amenaza en curso. Según las fuentes citadas por NBC, el presunto tirador murió por una herida de bala autoinfligida.
La Policía Estatal de Pensilvania, actualmente, lidera la investigación del tiroteo.
Paris, aseguró que «hay muchos detalles que la Policía no está lista para revelar» en este momento, debido a la investigación en curso.
Por su parte, el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, indicó que, le informaron sobre la situación y respondió a la escena en el municipio de North Codorus, donde expresó que «este tipo de violencia no está bien, necesitamos mejorar como sociedad».
Agentes del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) acudieron a la escena del tiroteo para ayudar con la investigación, dijo la agencia en una publicación en X.
