La trombosis es la formación de un coágulo en un vaso sanguíneo. El coágulo es una parte de la sangre que se vuelve sólida, obstruye el paso de la sangre y forma una trombosis.
Si el coágulo se forma en la pierna, la sangre se estanca y las venas se inflaman. Aparece el dolor, la piel se vuelve sensible, caliente y de color azulado.
Puede suceder que el coágulo viaje a los pulmones y provoque una embolia pulmonar, que puede ser mortal. En ese caso, los síntomas incluyen falta de aire, aumento en la frecuencia respiratoria y cardíaca, dolor de pecho, mareos o desmayos.
Por su parte, los infartos y ataques cerebrovasculares se producen cuando el coágulo obstaculiza el flujo normal de sangre en una arteria del corazón o del cerebro, respectivamente, mientras que la TEV se origina por la oclusión de una vena (generalmente de la pierna), con alto riesgo de desprenderse y de viajar por el torrente sanguíneo hacia el pulmón.
Los sitios de formación de trombo son en el corazón, arterias, venas y capilares, por lo que la trombosis puede formarse en cualquier parte del aparato circulatorio.
En 1852 el médico berlinés Rudolf Virchow distinguió tres causas principales:
– la reducción de la velocidad de flujo de sangre, por ejemplo por reposo en cama, un vendaje de yeso, una férula, una deshidratación importante o por una afección venosa previa.
– Lesiones en la pared vascular, a causa de una operación, una herida, una inflamación o alteraciones venosas por la edad (várices).
– Aumento de la TENDENCIA a la coagulación sanguínea, por ejemplo cuando se altera el equilibrio normal entre la coagulación y la dilución de los coágulos, a causa de ciertos medicamentos.