En algún momento de nuestras vidas nos hemos encontrado con alguna persona, sea niño, adolescente o un adulto, que haya pasado por una crisis convulsiva no provocada, lo que conocemos hoy como epilepsia, un trastorno neurológico crónico que surge a raíz de descargas eléctricas excesivas de un grupos de células del cerebro. Es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo incluyendo unos 60 mil panameños, según cifras del Ministerio de Salud.
Por otro lado, un informe sobre la epilepsia en Latinoamérica efectuado por la Organización Mundial de la Salud indica que la prevalencia de casos de epilepsia en el país es de 57 por cada 1000 personas, lo que posiciona a Panamá como uno de los países latinoamericanos con más casos de esta condición.
El neurólogo Gustavo Fischbein, durante una visita a Panamá, explicó que se trata de una enfermedad que ha acompañado a la humanidad occidental por milenios y está muy estigmatizada a tal punto que muchas personas han llegado a pensar que es una enfermedad divina, sobre todo, cuando las crisis vienen acompañadas de trastornos psiquiátricos.
En las últimas décadas se han desarrollado nuevos medicamentos que han permitido un mejor control de las crisis con perfiles de seguridad mucho mejores que los iniciales. Además asegura que se han dado muchos avances en las metodologías de estudios e incluso se han desarrollado algunas técnicas quirúrgicas para epilepsias muy complejas que no responden a la polifarmacia convencional.
Con el fin de generar conciencia respecto a esta enfermedad cerebral, el pasado 26 de marzo se celebró el Día Mundial de la Epilepsia igualmente llamado el ‘Día Púrpura’ que surgió en 2008 a raíz de la iniciativa de Cassidy Megan, una niña canadiense de nueve años, que hizo un llamado para sensibilizar acerca de esta enfermedad, con la intención de que todas las personas con epilepsia en el mundo sepan que no están solas. Desde entonces, la comunidad médica internacional lleva a cabo actividades con el propósito de informar sobre este padecimiento y acabar con los mitos que le rodean.