En el mundo, ahora muere la mitad de niños y niñas menores de 5 años por causas prevenibles en comparación con 1990, según el informe Global “En deuda con la niñez” presentado por Save the Children.
Esta disminución se debe a la acción mundial que ha mejorado la cobertura y la calidad de la atención de salud materna e infantil, la inmunización y los tratamientos contra la neumonía, la diarrea, la malaria y otras enfermedades mortales.
Una mejor nutrición y el acceso a la planificación familiar igualmente han salvado muchas vidas. Sin embargo, muchos de los niños y las niñas en la peor situación de pobreza continúan siendo vulnerables a todas éstas y otras enfermedades.
La falta de cobertura universal de salud, la alimentación inadecuada y el agua insalubre representan los mayores peligros de muerte para la infancia más desfavorecida. Las complicaciones de parto y las infecciones neonatales también constituyen factores de peso.
De los aproximadamente 5,9 millones de decesos infantiles ocurridas en 2015, casi un millón sucedió el mismo día del parto; además, casi dos millones ocurrieron durante la primera semana de vida.
Cada vez más niños y niñas ahora viven en países frágiles y afectados por conflictos, donde enfrentan casi el doble del riesgo de morir antes de cumplir los 5 años que los niños y las niñas en contextos no frágiles.