En su primer día de misión oficial en Austria, el presidente Juan Carlos Varela, acompañado por el viceministro de Seguridad Pública, Jonattan Del Rosario, la directora ejecutiva del Instituto Técnico Superior del Este, María Eugenia Peralta y la embajadora de Panamá ante la República de Austria, Anabella Rubinoff, fue recibido en la Sede de las Naciones Unidas en Viena por el director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) con la finalidad de participar en calidad de invitado de honor en la Conferencia de las Partes en la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y además sostener encuentros con diferentes agencias dentro de este organismo.

En su intervención, durante la conferencia, el mandatario, reiteró el compromiso de Panamá en la lucha frontal contra el narcotráfico y destacó el rol de la UNODC, que juega un papel de primera línea en este esfuerzo. Hizo un llamado a los países a cerrar filas en la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado y la importancia de compartir información entre todos los países para asegurar la retención de personas que representen un riesgo.

El mandatario panameño, expuso los logros de la República de Panamá, en materia de seguridad, como lo son la disminución de la tasa de homicidios de 17 a 10 por cada cien mil habitantes y la incautación de drogas de 300 toneladas desde el 2014 hasta a la fecha, que posicionan al país como el cuarto del mundo, con mayor cantidad de drogas confiscadas de acuerdo con el informe anual de drogas publicado por UNODC. Compartió además, que se logró desmantelar 21 redes de trata y tráfico de personas y el trabajo hecho por su gobierno en proyectos de mano firme en donde 87 pandillas criminales han sido desmanteladas y más de 2000 personas vinculadas a estas organizaciones han sido puestas a órdenes del sistema de administración de justicia.

El presidente Varela, mostró su preocupación ante el aumento de la producción de drogas y el crecimiento de las redes de narcotráfico, compartiendo con los países presentes la importancia de involucrar a la sociedad civil y el sector privado en la lucha contra este flagelo, para así asegurar que los ciudadanos consigan las oportunidades necesarias para entrar en la economía formal y que no caigan en estas redes. A la par, hizo énfasis en que las instituciones, los partidos políticos y las autoridades locales de los países, deben blindarse para no verse atraídos hacia el financiamiento por parte de dineros provenientes de acciones ilegales como el narcotráfico, la trata de personas, el terrorismo, entre otros.