EFE
Protestas de las comunidades drusas en los Altos del Golán y colegios vacíos en Jerusalén Este, ambas zonas ocupadas por Israel, marcan ayer las elecciones locales y regionales, que transcurren con normalidad.
Por primera vez en tres décadas, se decretó jornada festiva para incentivar la participación, que en estos comicios suele ser baja, y, cuatro horas antes del cierre de las urnas, a las 18.00 hora local, el 40% de los 6,6 millones de personas mayores de 17 años llamadas a votar habían depositado su papeleta, aunque en Jerusalén suponían el 18%.
La jornada arrancó con la previsión de boicot en los Altos del Golán, donde por primera vez los 26,000 drusos residentes podían designar a sus representantes, y también en la zona oriental de Jerusalén, donde un 38% de la población son palestinos.
Jerusalén Este, en 1980, y los Altos del Golán, en 1981, fueron anexionados de forma unilateral por Israel, en un movimiento nunca reconocido por la comunidad internacional. Sus poblaciones, que tienen en su mayoría residencia permanente en lugar de ciudadanía, se niegan a reconocer su autoridad.