Los alimentos contaminados, ya sea por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas, son un problema sanitario y socioeconómico crucial que causa cada año 420.000 muertes en el mundo y que será debatido en una conferencia internacional que comenzó este martes en Adís Abeba.

«Actualmente, se producen suficientes alimentos para todo el mundo», pero además del hecho de que esos alimentos están mal distribuidos, una parte importante de ellos «no es sano», declaró José Graziano Da Silva, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en la apertura de esta conferencia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una persona cada diez en el mundo se enferma luego de consumir alimentos contaminados, los niños menores de 5 años son las principales víctimas.

Según la OMS, el consumo de alimentos contaminados es la causa de más de 200 enfermedades, desde afecciones diarreicas, las más mortíferas, hasta el cáncer.

Pero el desafío es asimismo socioeconómico, ya que las enfermedades de origen alimentario demandan «mucho (a) los sistemas de sanidad» y causan «daño a las economías nacionales, al turismo y al comercio», analiza la OMS.

El impacto financiero es de 95.000 millones de dólares por año en las economías con ingresos bajos o medios, según la FAO.

– A dos velocidades –

«La seguridad sanitaria de los alimentos es un tema de primer orden para el conjunto del globo, pero es aquí, en Africa, donde el impacto de esta catástrofe se resiente más», lamentó el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Mussa Faki, subrayando que un tercio de las víctimas son africanas.

Para un país en situación de sequía o de hambruna, el desafío es evitar que la población se oriente, por escasez, hacia fuentes de aguas contaminadas por cólera o alimentos impropios para el consumo, subraya a la AFP Bayuku Konteh, ministro de Comercio e Industria de Sierra Leona.

Otros países quieren poder exportar alimentos respetando las normas sanitarias internacionales.

Konteh alerta sobre una seguridad alimentaria a dos velocidades: de un lado, productos sanos destinados a la exportación, y por otro, productos impropios para el consumo que se comercializan en el mercado local.

El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó por su parte que «la seguridad sanitaria de los alimentos está vinculada a numerosos objetivos de desarrollo sostenible», incluida la lucha contra el calentamiento global o contra el derroche alimentario.

Según la FAO 1.300 millones de toneladas de alimentos son derrochados cada año, frente a ello 815 millones de personas están subalimentadas.

– Enfoque transversal –

La OMS, la FAO y la UA quieren con esta conferencia llamar la atención sobre la seguridad sanitaria de los alimentos.

Unos 125 países asisten a esta conferencia, en la que participan unos 20 ministros, así como autoridades sanitarias.

La conferencia se desarrolla martes y miércoles y se espera «una declaración consensuada no vinculante, que enumere cómo se puede reforzar los esfuerzos», explicó a AFP Kazuaki Miyagishima, que dirige el departamento de la OMS a cargo de la seguridad sanitaria de los alimentos.

Miyagishima defiende un enfoque transversal: establecer sólidos marcos legislativos, reforzar las capacidades técnicas, formar expertos, establecer sistemas sanitarios capaces de detectar focos de enfermedad y potenciales riesgos, o inculcar que se comparta informaciones entre las autoridades del mismo país o entre países.

«Si uno de esos pilares de la lucha contra los alimentos contaminados cae, todo el sistema puede desmoronarse», dice.

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