Plataforma, cono, cuadrado, cuña, flat aguja o ‘stiletto’ son solo algunos de los modelos de tacones a los que recurren las mujeres para diversos propósitos.
Por eso, no resulta extraño ver a féminas con calzados que en altura rebasan incluso los diez centímetros, empleándolos así para desarrollar su jornada laboral, tomando más en consideración lo que está de moda, al hecho de estar cómodas y saludables.
En este sentido, el Lcdo. en Fisioterapia, con especialidad en Ortopedia de la Caja de Seguro Social (CSS), Josip Espinosa, resaltó que en nuestra sociedad, ven el zapato alto como estético y en algunas empresas hasta se los exigen a las colaboradoras; sin embargo, no resulta del todo adecuado, puesto que puede traer consecuencias como dolencias en la espalda, pantorrilla, cadera o rodilla.
Entre los resultados de esta mala escogencia está la retracción o acortamiento del tendón de Aquiles y los músculos gemelos; en las rodillas, problemas en la rótula, por sobrecarga de la parte muscular y en los dedos; y en el antepié, dolor por soportar todo el peso.
El fisioterapeuta explicó, que el uso de tacones muy altos provoca que se cambien todas las posiciones articulares por quedar más flexionadas, y se incrementa a su vez, la curvatura de la espalda.
Reveló, que la altura del zapato recomendado para trabajar, debe tener como máximo tres centímetros de alto.
Una de las profesiones más nobles es la de educar. En el caso de las docentes, especificó que lo ideal es que sean zapatos de tacón bajo tipo flat o con una base ancha puesto que presentan un mejor balance.
Otro detalle a observar, es que la punta del calzado sea redondeada, nunca estrecha, puesto que pasan muchas horas en movimiento.
Finalmente manifestó, que la talla del calzado debe respetarse de acuerdo a la fisionomía del pie, puesto que el zapato cómodo siempre será la principal herramienta de trabajo para aquellos que pasan de pie su jornada laboral.