A última hora de este martes, el ministerio francés de Sanidad hizo públicas unas cifras de mortalidad nacional significativamente altas, que no tienen perspectiva de mejorar: «Continuamos la fase ascendente, incluso si se ralentiza el ritmo».

Durante las últimas veinticuatro horas Francia habría contabilizado 597 nuevas muertes en los hospitales y 820 muertes en las residencias de ancianos, sumando un total de 1.417 muertes. Desde el estallido de la crisis y el comienzo de la contabilidad cuenta 7.091 muertes en los hospitales y 3.237 muertes en las residencias.

El ministro y el director de Sanidad comentaron esas cifras con cierta prudencia, estimando que la «suma» parece sugerir una contabilidad mal apreciada, con anterioridad, a la que habría que añadir las cifras de muertes en el fin de semana, mal conocidas, en términos estadísticos.

La contabilidad de las muertes, consecuencia del coronavirus, suscita mucha polémica: los distintos estados europeos tienen sistemas de contabilidad que no son siempre semejantes; y, en Francia, las cifras oficiales «solo» han contabilizado, con frecuencia, las muertes estadísticamente establecidas en el sistema informático nacional, en el que no están integradas muchas residencias de ancianos, que han ido «integrándose» según evolucionaba la crisis.

En su declaración oficial diaria, Jérôme Salomon, director general de Sanidad y portavoz oficial del Gobierno, hizo este análisis de las cifras: «No hemos llegado al “pico crítico” de la crisis. Todos los días hay más enfermos en los hospitales y residencias. Nunca habíamos llegado a ningún nivel crítico de esta índole, en Francia. Continuamos en fase ascendente, incluso si se ralentiza un poco. Abordar, en estos momentos, la cuestión del posible fin del confinamiento no tiene ningún sentido». En la misma línea se expresó Édouard Philippe, primer ministro, en la cuestión semanal de preguntas y respuestas al Gobierno: «Hablar del fin del confinamiento es demasiado prematuro. El confinamiento va a durar».

Fuente: ABC