En un contexto de colapso de los mercados del crudo, el Gobierno de Estados Unidos ha ordenado a las petroleras norteamericanas la salida completa de Venezuela antes de final de año. La Oficina de Control de Activos Extranjeros, encargada de aplicar las sanciones, ha renovado las licencias de las petroleras estadounidenses que quedan en negocios conjuntos con la venezolana Pdvsa solo hasta final de año, pero impone duras restricciones.
En un permiso de renovación de licencias firmado por Andrea Gacki, directora de ese departamento sancionador, se da a las empresas Chevron; Halliburton; Schlumberger Limited; Baker Hughes, y Weatherford International, hasta el 1 de diciembre para finalizar sus operaciones de mantenimiento, pero desde ahora mismo deben cesar las operaciones de perforación, procesamiento, compra o venta de crudo o productos derivados.
La licencia dice expresamente que no permite la «perforación, extracción o procesamiento, la compra o venta, el transporte o envío de cualquier petróleo o productos derivados del petróleo de origen venezolano». También prohíbe «el diseño, construcción, instalación, reparación o mejora de pozos u otras instalaciones o infraestructuras en Venezuela o la compra o provisión de bienes o servicios» y la «contratación de personal o servicios adicionales».
Baker Hughes y Schlumberger son empresas de servicio a yacimientos petroleros, y sin ellas se complica todavía más la exploración y el mantenimiento de las reservas de crudo en Venezuela. También prohíbe el gobierno estadounidense la exportación a Venezuela de cualquier diluyente y otros químicos para poder refinar el crudo. El régimen de Maduro padece una escasez crónica de gasolina y gasóleo, utilizado en generadores en hospitales.
El año pasado, la Casa Blanca aprobó una serie de duras sanciones sobre el crudo venezolano, llegando a imponer un embargo a las importaciones desde EE.UU. Sin embargo hizo una serie de excepciones, dando licencias temporales a las empresas antes mencionadas, para que pudieran cobrar deuda con sus operaciones conjuntas con Pdvsa. Las empresas han solicitado renovación de las licencias desde entonces.
Quedan en Venezuela otras empresas extranjeras, que también se cobran deuda, como la española Repsol, la italiana Eni o la india Reliance, a las que el gobierno de EE.UU. ha comunicado por varias vías que se pueden arriesgar a ser sancionadas si no se retiran de forma gradual. La rusa Rosneft se retiró recientemente tras llegar a distribuir dos tercios del crudo venezolano y ser sancionada dos veces en EE.UU. por ello.
Esta decisión de EE.UU. supone un golpe definitivo a los negocios petroleros de Maduro, que ya se queda sin almacenamiento para un crudo cada vez más devaluado. Tan saturado está el mercado del crudo que unas horas antes el precio del petróleo West Texas Intermediate, de referencia en EE.UU. había creado una jornada sin precedentes en la que cotizó en negativo por primera vez en su historia.
Fuente: ABC