Según el Instituto Europeo de Hidratación (IEH), la deshidratación asciende el grado de cansancio y desciende el rendimiento cognitivo, por ello es necesario hidratarse adecuadamente para mejorar la productividad laboral.
En este sentido, la nutricionista hondureña Mónica Mourra recuerda que el agua es el componente principal del cuerpo humano, al punto de que representa el 60% del peso en hombres y el 50% en mujeres.
Por ejemplo, cuando una persona hace un trabajo que implica un esfuerzo físico (construcción, agricultura, entre otros), el sudor es por lo general superior a la ingesta de agua , produciendo un déficit de agua corporal (deshidratación), explica.
Durante sesiones prolongadas de ejercicio se pierde agua del cuerpo, sobre todo en forma de sudor, y el rendimiento físico baja cuando la pérdida de agua excede el 1% o 2% del peso corporal, indica el IEH.
Además, los acondicionadores de aire de las oficinas propician un ambiente más seco de lo normal, lo que da lugar a mayores pérdidas de agua a través de los pulmones y de la piel, explica Mourra.
Estas pérdidas se deben compensar bebiendo agua antes, durante y después de la actividad, para evitar alteraciones graves del balance de agua y sales minerales, recuerda.
La especialista advierte de que la hidratación debe ser igual para el trabajador de oficina y para el trabajador manual.
Igualmente indica que todas las bebidas hidratan: agua, jugos, gaseosas, té e incluso el café.