Nairobi (EFE).- La región del Sahel y el oeste de África experimentaron entre marzo y principios de abril una ola de calor extremo con más de 45 grados que dejó numerosos muertos y que hubiera sido “imposible” sin el cambio climático, según un informe de la red global de científicos World Weather Attribution (WWA) publicado este jueves.
Esta olas de calor, según el WWA, azotó sobre todo a los países del Sahel, incluidos Senegal, Guinea, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria y Chad.
Además, añadió el estudio, este tipo de fenómeno meteorológico extremo es uno de los más mortíferos, pese a que muchos lugares carecen de un buen registro de las muertes relacionadas con el calor, por lo que es probable que las cifras disponibles sean una subestimación.
102 muertes en Bamako (Mali) entre el 1 y el 4 de abril
Por ejemplo, entre el 1 y el 4 de abril, el hospital Gabriel Touré de Bamako, la capital de Mali, registró 102 muertes y un aumento de los ingresos hospitalarios, una cifra significativamente superior comparada con la de todo el mes de abril de 2023, cuando el centro de salud registró 130 muertes durante todo el mes.
Así, señaló WWA, el calor “probablemente” influyó en muchas de las muertes.
Los habitantes de Kayes, en el este de Mali, vivieron la temperatura más elevada registrada: 48,5 grados el 3 de abril.
Científicos de Mali, Burkina Faso, Mozambique, Países Bajos, Suecia, Estados Unidos y Reino Unido analizaron el impacto que ha tenido la crisis climática, constatando que “habría sido imposible que se produjeran olas de calor de la magnitud de las observadas en marzo y abril de 2024 en la región sin el calentamiento global”.
Cortes de electricidad y el Ramadán
Aunque son países con poblaciones acostumbradas a las altas temperaturas, como el caso de Burkina Faso y Mali, la gravedad de esta ola de calor, que coincidió con cortes de electricidad y con el Ramadán, dificultaron su superación.
El clima actual, enfatizó WWA, se ha calentado 1,2 grados Celsius desde la época preindustrial (1850-1900) debido a las actividades humanas.
La ONG combinó modelos climáticos con observaciones para constatar que “habría sido imposible que se produjeran olas de calor de la magnitud observada en marzo y abril de 2024 en la región sin el calentamiento global de 1,2°C registrado hasta la fecha”.
“El calor extremo máximo en cinco días, tan raro como el observado en Mali/Burkina Faso, habría sido 1,5 °C más frío y 1,4 °C más frío en la región más grande del Sahel si los humanos no hubieran calentado el planeta quemando combustibles fósiles”, aseguró WWA.
Estas tendencias continuarán con el calentamiento futuro: en Mali y Burkina Faso, una ola de calor como la observada sería un grado más cálido en un mundo 0,8 grados más cálido, es decir, dos grados mayor desde la era preindustrial.
El análisis también evalúa si el actual fenómeno meteorológico de El Niño influyó en las temperaturas extremas, concluyendo que aunque su contribución era pequeña en comparación con la crisis climática, explicaba aproximadamente 0,2 grados del episodio de calor observado.