Un tribunal saudí condenó a muerte a cinco personas por el homicidio del crítico del gobierno Jamal Khashoggi, un asesinato que tensó las relaciones con aliados clave, pero sin evidencia suficiente para incriminar a dos altos funcionarios cercanos al príncipe heredero Mohammed bin Salman.
Tres de 11 personas juzgadas por el crimen del año pasado en el consulado del reino en Estambul recibieron un total de 24 años de prisión, según un comunicado leído en la oficina del fiscal el lunes.
El tribunal declaró a otros tres no culpables. No identificó a ninguno de los condenados.
Saud al-Qahtani, destituido de su papel de asesor principal del príncipe Mohammed tras el asesinato, fue interrogado, pero no se encontraron pruebas en su contra, según Shalaan al-Shalaan, el fiscal general adjunto.
Ahmed Alassiri, un alto funcionario de inteligencia también destituido de su cargo, fue declarado no culpable por el tribunal.
El veredicto probablemente no logrará silenciar las críticas en el Congreso de Estados Unidos sobre el reino y su poderoso príncipe heredero, que ha negado repetidamente que el asesinato se haya llevado a cabo por orden suya.
El presidente Donald Trump ha defendido al príncipe Mohammed, protegiendo el reino contra cualquier represalia importante por parte de los legisladores.
Khashoggi, un destacado periodista saudí con acceso a información privilegiada del gobierno, nunca se consideró un disidente. Pero en 2017, cuando se intensificó una ofensiva contra la disidencia interna bajo el mando del príncipe Mohammed, Khashoggi huyó por temor a ser detenido. Se instaló en Estados Unidos y escribía columnas críticas para el Washington Post.
Shalaan dijo a los periodistas que el tribunal no ha encontrado evidencia de que el asesinato haya sido premeditado, lo que contradice las conclusiones de las autoridades turcas y los servicios de inteligencia occidentales.
El fiscal “estudiará el veredicto y considerará presentar una apelación”, según un comunicado.