Mientras buena parte de los países del mundo buscan cómo hacer frente a la crisis del coronavirus o exploran las medidas y el calendario para tratar de salir de las medidas de confinamiento y distanciamiento social, Corea del Surcelebró este miércoles unas elecciones legislativas a las que estaban llamados a participar 44 millones de ciudadanos en 14.330 centros de votación. De las urnas saldrán los ocupantes de los 300 asientos de la Asamblea Nacional, 253 elegidos directamente y 47 reservados a la representación proporcional.
La celebración de los comicios fue posible gracias a que la rápida y eficaz respuesta al virus, basada en la realización de test masivos, aislamiento de los infectados y el uso de las nuevas tecnologías, han permitido mantener a raya a la pandemia en el país. El mayor éxito logrado ha sido la baja tasa de fallecidos. Con 10.591 contagiados, hasta ayer solo había registrado 225 muertos, según los datos de la universidad estadounidense Johns Hopkins. Desde hace una semana apenas registra una treintena de nuevas infecciones al día y que ha logrado ya dar de alta al 75% de las personas a las que se detectó el virus.
Los votantes surcoreanos parecen haber premiado la gestión de la crisis por parte del presidente Moon Jae-in, a tenor de las encuestas a pie de urna difundidas ayer, ya que le otorgaban una holgada victoria. El Partido Democrático y el Partido Plataforma -una formación aliada que solo aspira al reparto proporcional- sumarían entre 155 y 178 escaños, por encima de los 147 que se había establecido como objetivo, informa la agencia Yonhap y recoge a su vez Ep.
La principal formación de la oposición, el Partido Futuro Unido, y otro movimiento afín se mueven en una horquilla de entre 107 y 130 diputados. Esta formación aspiraba a sacar rédito del creciente descontento social por el retroceso de la economía y el escándalo de corrupción que salpicó al ministro de Justicia.
No obstante, el manejo del Gobierno de la crisis del Covid-19 ha cambiado, aparentemente, la confianza pública en la Administración de Moon, cuyos índices de aprobación se han disparado hasta superar el 50%.
Estrictas medidas sanitarias
Las votaciones de este miércoles se realizaron bajo estrictas medidas sanitarias. Cada persona que se acercaba para depositar su papeleta debía ir con mascarilla, ponerse unos guantes de goma, tomarse la temperatura a la entrada del centro de votación y limpiarse las manos con alcohol, además de guardar un metro de distancia en las colas. A aquellos con más de 37,5 no se les permitía participar.
«Cuando he llegado y he visto a tantos funcionarios encargándose de tomar la temperatura, de que nos limpiemos las manos… me he quedado más tranquilo», contaba a la agencia Efe Park Cheol-woo, de 25 años, en un centro de votación del distrito de Seodamun en Seúl.
No obstante, muchos residentes en el extranjero no han podido depositar su voto, ya que en los países más afectados por el virus las secciones consulares surcoreanas han cancelado el proceso. Además, algunos infectado tampoco pudieron ejercer su derecho al sufragio, aunque la Comisión Nacional Electoral (NEC) logró instalar centros de votación en los ocho centro médicos con más ingresados del país para que ejercieran su derecho por adelantado.
Desde que detectó su primer gran brote a final de febrero, el país asiático ha pasado de ser el segundo más afectado del mundo a aplanar su curva de contagios en solo tres semanas gracias a un programa que combina testeo masivo de sospechosos de contagio, seguimiento exhaustivo de rastros de infección y hospitalización generalizada.
Fuente: ABC