España es el país con mayor tasa de donación de órganos de todo el mundo ya que actualmente cuenta con 34,6 donantes por millón de población . Uno de los trasplantes más sencillos -en cuanto al proceso- y exitosos es el de médula ósea , cuyo nombre técnico es trasplante de progenitores hematopoyéticos (células progenitoras de la sangre).

Este tipo de trasplante se realiza para intentar curar enfermedades de la sangre que no pueden tratarse por otros medios, como leucemias, síndromes mielodisplásicos, talasemias o linfomas.

El propósito principal del trasplante es reemplazar la médula ósea del enfermo, que ‘fabrica’ células hematopoyéticas malignas, por una médula sana. Para ello, en primer lugar se somete al paciente a un régimen de quimioterapia o radio-quimioterapia y luego se procede a la transfusión de las células sanas.

Según la Fundación Josep Carreras , cada año alrededor de 5.000 personas son diagnosticadas de leucemia aguda, 7.000 de linfoma y 2.000 de mieloma múltiple en España. Para todos ellos, lo ideal es hallar un donante entre sus familiares más directos, pero solamente en el 30% de los casos se encuentra un donante familiar totalmente compatible. De esta manera, el 70% restante necesitará de un donante no emparentado que se buscará en el Registro de Donantes de Médula Ósea (REDMO) en el que se encuentran ya 200.000 voluntarios españoles e igualmente 61.000 cordones umbilicales congelados (otra fuente de progenitores hematopoyéticos).

A final de 2016 la ONT (Organización Nacional de Trasplantes) confía en superar los 250.000 dado que, en lo que va del año, lleva un ritmo de 120 nuevos donantes diarios inscritos en el Registro.

 

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