La exposición de la mujer al cigarrillo electrónico durante el período de gestación “altera el desarrollo del cerebro”, en concreto, “del córtex frontal”, explicó la doctora Judy Zelikoff, del departamento de medicina ambiental en la Universidad de Nueva York.

La razón es que los cigarrillos electrónicos tienen unos componentes que “afectan a los genes” de los que depende la formación del área del celebro donde residirá “el conocimiento y el juicio”, indicó la doctora Zelikoff.

En sus ensayos de laboratorio, siempre con animales, la investigadora apreció que los cigarrillos electrónicos producen más efectos secundarios en hembras que en machos.

“Cambios de comportamiento, de actividad y de movilidad” fueron las consecuencias ocasionadas por el cigarrillo electrónico, así como por otras alternativas a la nicotina corriente, englobadas en el estudio dentro del término “tabaco sin humo”, explicó Zelikoff.

Además, el tabaco sin humo causó problemas hepáticos y cardíacos en ratones adultos que habían sido expuestos a este producto mientras se hallaban en fase de gestación.

 

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